Madre de 2 hijas, una nacido en casa en un parto respetado, es activista, milita por los derechos humanos, de la mujer, de los niños, del parto respetado y la no violencia. Escribe sobre patriarcado, sobre mujeres poderosas, y sobre falencias del sistema medico hegemónico. Actriz de la obra PARIR(NOS).

 

 

 

D.E: Hola Violeta ¿Cómo estás? Antes que todo me gustaría que nos cuentes un poco ¿cómo fue tu parto respetado y qué sentiste?

 

V.O: Fue un embarazo muy lindo desde la elección de cada cosa, en que momentos íbamos a hacer los estudios, ecografías, todo. Nos planteamos cómo lo hacemos, dónde, hubo mucha información y sabíamos que era nuestro. Con respecto al parto, quería que estemos solos, pero teníamos un equipo de parteros que habíamos elegido. Siempre fueron ellos los elegidos, desde un principio.

La noche anterior, tuvimos relaciones y nos fuimos a acostar, estaba en la semana 39+3, teníamos la idea de un trabajo de parto largo y exigente, era mi gran miedo y fue todo lo contrario. Me sentía rara, me levante, me bañe y me quede acostada en el sillón del living. De pronto sentí una contracción muy intensa, que me dejo sentada!!! Paso media hora aproximadamente y despierto a Fran (papá de Frida y partero), le digo que voy al baño y que limpie el pasillo que estaba lleno de sangre.

Fran calentó toallas, el ambiente, y preparo un poco todo, luego llamo al resto del equipo (parteras) para decirles que ya estaba por nacer. Yo estaba dentro de la bañera con el agua, empiezo a pujar y le digo “nace, nace, agárrala” y él me dice “no te preocupes, va al agua” me agarró de las manos y me miraba, recuerdo “irme” pero con la certeza de la mirada de él… Recuerdo también mucho la sensación de ella deslizándose, y abriendo el canal. Nació en el agua y el la recibió. Fueron 2 ½hs, todo muy rápido, muy intenso, muy íntimo, muy de los dos,  no sabíamos que era una nena.

Fue todo diferente en mis partos, pero si hay algo que destaco, y es que siempre se habla de la herida emocional, pero luego de tener a Frida comprendí todo lo que nos habían robado a Kyara (hijas mayor) y a mí.

A Kyara la conocí por primera vez, e hice un reconocimiento de ella en la habitación de madrugada, la miraba y la descubría.  A Frida la alce y la sensación fue muy mamífera de “es mía” fue instantáneo el decir no existe espacio sin ella. Eso es hormona funcionando, no es cultural ni racional. Y no tiene que ver con el amor, porque amo a mis dos hijas, pero la sensación con Frida era que todo fluía. 

 

 

 

D.E: Te describís como activista, ¿qué significa esto para vos? ¿Cuáles son tus actividades? ¿Desde qué lugar promulgas los derechos y la no violencia?

 

V.O: Vengo de una familia donde el activismo y la militancia es uno de los ejes, un valor. Tenemos la responsabilidad de dejar un mundo mejor cuando nos vayamos, no importa si mucho o poco, pero mejor. A mí hay un término que me gusta mucho, que es MatriActivista (de Jesusa Ricoy), deja muy claro en que eres activista: en la maternidad.

Lo que tiene que ver con generar, promover, difundir los derechos de la maternidad, de los bebés, los partos, la crianza; la maternidad desde el activismo, criar hijos reconociendo sus necesidades y emociones, dejar de lado lo adultocéntrico y enfocarnos en ellos, para mí, es también una forma de activismo. Una revolución cotidiana en la intimidad del hogar. Todo esto sumado a que tengo dos hijas mujeres, y no quiero que ellas tengan que vivir esto, entonces esto nunca más, por ellas, por todas. Cada historia que leo, me imagino que podrían ser ellas… asique es un poco de todo, escribir, difundir, recolectar información, la obra que llevamos a cabo, estamos trabajando con una diputada en un proyecto de ley, toda charla y todo debate me parece importante. Es un poco con el afuera de esa forma y con el adentro, con ellas, revisándome como madre permanentemente. Ellas estarán un paso más adelante, generación tras generación.

 

 

 

D.E: En muchas de tus notas y cartas de las redes sociales podemos leer varias veces frases como “sociedad patriarcal” y “sistema médico hegemónico” A qué te referís con esto? ¿Podrías ampliarlo?

 

V.O: El sistema médico hegemónico es el sistema imperante y que además para imperar, ha tenido que acabar con los otros. La hegemonía se basa en fortalecerse a través de la anulación de los otros. Son supuestos que no permiten cavidad de otra cosa: Las posiciones del parto por ej. solo acostadas, sino es parir como indias, como animales, se puede morir el bebé, son todos mitos alrededor de eso para acabar con lo otro.

A este sistema lo nutrimos entre todos, le damos validez. No son médicos perversos encerrados en una cueva. Es un sistema que se basa, como toda hegemonía, en el miedo: para que todo salga bien hay que hacerlo como ellos dicen, es la única opción posible. 

Los principios de la hegemonía en general son: el control desde el miedo, la anulación del otro, la división de las partes, el paciente como objeto, la muerte como derrota, etc. (basadso en el libro Del Médico al Sanador - Robbie Davis-Floyd)

 

 

 

 

D.E: Sos una de las actrices de la gran obra PARIR(NOS), es una obra fuerte, real, estremecedora y un poco triste… ¿Nos contas un poco de qué se trata? ¿Cómo surgió la idea y cómo te sumaste al proyecto?

 

V.O: La obra surge para la semana mundial del parto respetado del 2014, estábamos cenando con Fran, con Julieta Saulo (las casildas) y pensábamos en una charla, pero siempre éramos los mismo con los mismos, Julieta tenía ganas hace rato de hacer una obra, asique la escribimos con ella y con Eugenia Díaz, elegimos cuatro nacimientos diferentes, uno con violencia obstétrica en casa ya que esto está muy idealizado, se cree que “para que no me maltraten en el hospital me voy a casa y listo” y no es así. Las mujeres que sufren violencia obstétrica en casa, no tiene a donde ir a contarlo, nadie les cree. También elegimos otra historia de parto respetado y no se menciona donde es, jamás decimos el lugar, ni que profesional, nos enfocamos en esa mujer que atraviesa con placer, conciencia, poder e intensidad esa experiencia. Las otras dos historias son los clásicos, la cesárea y el parto vaginal intervenido. En cada una de las historias hay cosas de nosotras también. Yo soy actriz también y el teatro siempre me gusto como herramienta pedagógica o de transformación social. Para mí PARIR(NOS) junta ambas cosas.  La obra tiene una fuerza que va por sí misma, crece sola.

 

 

 

D.E: Sabemos que la educación (hablamos de la educación en casa, en familia, no la de institución) es unos de los pilares más importantes para el crecimiento de nuestros hijos, vos tenes dos hijas mujeres ¿Qué crees que es de suma importancia enseñarles y/o mostrarles a ellas desde pequeñas, para crear un mundo mejor, sin violencia y con igualdad?

 

V.O: Para mí lo más importante, es que puedan saber que el cuerpo es suyo. Muchas veces los padres en el afán de cuidar, irrumpimos en el cuerpo del bebé como si fuera nuestro, no tomamos conciencia que ya tiene derecho a su cuerpo, si quiere si no quiere,  por ejemplo al momento de cambiar el pañal, sería bueno poder hacerlo con el consentimiento de ellos ¿no?

En el caso de las mujeres me parece muy fuerte, porque hay algo muy claro: que el cuerpo nunca es nuestro. Las mujeres somos como un pedazo de carne que vienen y nos tocan, nos manosean, nos meten dedos y ya. Creo que es mejor que tengan libertad para conocerse y explorarse. Cuando es el nene el que se toca y se explora, hay risitas cómplices y “qué bueno”, pero cuando es la nena se genera una situación de mucha incomodidad: “mi amor cerrá las piernas, sácate la mano”. A los varones se los alientan, y el problema de eso es que luego tienen que crecer siendo una maquina sexual porque sino no son varones, y a las mujeres estamos reprimiéndolas, que no se toque, que no le guste, si se ríe mucho y muy fuerte, todo lo del placer esta coartado. Tienen que ser soberanos de su cuerpo.

Dejar que los niños sean niños, ni maricones, ni machonas.

Hay que enseñarles que todo hay que cuestionarlo, sobre a todo a su madre. Si ellos logran ponernos límites a nosotros, lo van a poder hacer con cualquiera. A la opresión la corta el oprimido, ¿cómo? cuestionando, haciendo, cambiando.

 

 

 

D.E: En enero la revista Enredo, de Las Casildas, publicó una bella foto de una familia durmiendo (en este caso mamá - papá – bebé) donde se ve un pecho, cabe aclarar que es tuyo, y hubo todo un revuelo ya que Facebook les bloqueo la cuenta. ¿Por qué sucedió esto? ¿Qué paso luego?  

 

V.O: Facebook tenía una política donde no se podía mostrar un pezón, estaba prohibido mostrar fotos del amamantamiento. Facebook no va detectando fotos, sino que alguien debe denunciarlas. Lo interesante es que la foto fue denunciada varias veces y “las casildas” estuvo casi un mes con la cuenta inhabilitada solo por mostrar una pareja durmiendo con un bebé encima y se veía como parte de la imagen el pezón de la madre. Fue una censura. Hay una sociedad que avala y compra eso, y dice “esto es obsceno y no se puede ver”, somos una cultura en la que la demostración de cariño y amor entre una mamá y su bebé nos parece obsceno y fuera de lugar, pero está claro que si esa foto hubiera sido para vender una gaseosa reconocida, nadie hubiera dicho nada. Ahí de nuevo somos mercancía y un objeto de connotación sexual, y mejor aún si es para el macho que no posee, o si es para vender algo.

Las tetas en el contexto al que pertenecen que es alimentar a nuestra cría, incomodan. Hicimos una campaña donde cambiamos la foto, y el pezón que se veía era el de un hombre, y nadie la denunció.

Lo que fue bueno es que a raíz de todo este revuelo, y de críticas anteriores cambiaron las políticas de Facebook. Ahora puede haber fotos amamantando, solo si el bebé tiene el pezón en la boca, si por casualidad se te ve la otra teta, esa foto ya podría ser denunciada.

 

 

 

D.E: Muchas gracias Violeta por abrirnos las puertas de tu casa para esta entrevista.

 

 

 

 

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